viernes, 9 de diciembre de 2011

Teporocho III

Lo primero y más importante, conseguir un compañero, indispensable para la readaptación social, pero hasta el perrito que andaba cojo y que el torso lo llevaba con una inclinación de 45 grados le huía, su olor era nauseabundo, su apariencia lastimaba a la evolución entera, pero eso era poca cosa contra su andar, su mirada, sus dedos retorciéndose, finalmente cuando se había dado por vencido, notó que un perrito lo seguía, se alegró y lo tomo en brazos, luego en la noche, cuando reparó que éste no sabía hablar, lo sacó de su caverna a patadas.

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