jueves, 26 de enero de 2012

El golpe

El escáner detectó algo extraño dentro del bolso, parecía un cráneo, un cráneo de tamaño humano, increíblemente había un procedimiento para actuar en casos de encontrar restos humanos, le retuvieron el bolso y le pidieron que esperara instrucciones.

En menos de cinco minutos llegó la policía, la condujeron a la sala de interrogatorios.

Transcurrió un cuarto de hora cuando se dio alarma de un segundo paquete que aparentemente contenía otro cráneo humano, separaron al joven portador a una sala contigua.

Por espacio de tres horas, se habían detectado 15 cabezas, 15 pasajeros con un cráneo extra y el manual de procedimientos dictaba que en casos de esa naturaleza se debía proceder a hacer la detención inmediata de los sospechosos así como trasladarlos inmediatamente a la celda de seguridad del aeropuerto -ya no a la de interrogatorios pues se catalogaba como un fenómeno potencial de terrorismo- en espera de la llegada del equipo especializado correspondiente.

Para cuando llegó la policía ya había 20 detenidos y dentro del equipaje documentado aparecieron brazos, piernas, dedos, órganos, sangre incluso.

Se procedió a esperar instrucciones de la agencia de inteligencia. El verdadero desconcierto fue cuando se dio noticia que en cada uno de los destinos de cada presunto terrorista había sucedido idénticos acontecimientos: a un número importante de pasajeros se les habían encontrado restos humanos dentro del equipaje de mano y en el documentado, todos de nacionalidades distintas y con distintos destinos, y la cuestión no terminaba ahí, porque a los lugares a los cuales pretendían viajar esos segundos pasajeros en custodia, había habido iguales descubrimientos y procedido de la misma manera.

Así fue como a diferentes horas pero de manera simultánea, en el transcurso de doscientos cuarenta minutos del primer día del año 2012, en cuatrocientos un aeropuertos se detuvieron a veinte detenidos por la misma lúgubre causa. Se suspendieron todos los vuelos y se desalojaron todos los aeropuertos.

El año inició con cuatrocientos un aeropuertos de las principales ciudades del mundo con daños profundos por la detonación de potentes bombas colocadas durante las horas de confusión.

Después de analizados los cadáveres mutilados detonantes del atentado, todos los resultados arrojaron la misma conclusión: los restos correspondían a personas ejecutadas a manos del gobierno de cada país de origen y familiares de los presuntos saboteadores.

Esa noche comenzó la llamada gran revolución.